Vivir


Me desperté de golpe, asustada, sin saber donde me encontraba. Cuando miré a mi alrededor descubrí algo que nunca hubiera querido ver, un mundo lleno de gente que va de un lado al otro, siempre estresados y con miles de cosas que hacer durante las escasas veinticuatro horas del día. Sin embargo, les faltaban las más importantes: reír, viajar, cantar, disfrutar... Pero sobre todo, y de la que nunca se tendrían que olvidar es de vivir.
El miedo me invadió al pensar que esta era la vida que tendría que tener, por lo que cerré los ojos lo máximo que pude y deseé con todas mis fuerzas que cuando abriera los ojos no estuviera allí. Al abrirlos, todo seguía igual, esta era la triste realidad.

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