Queridos papá y mamá




Creo que ha llegado la hora de pasar a la siguiente etapa, no se si tengo miedo, o estoy ansiosa, solo se que ahora debo tomar mis propias decisiones.
Gracias papá, por enseñarme a ser humilde, gracias por todas esas noches que pasaste a mi lado cuando estaba enferma, y gracias por todo lo que has hecho por mi.
Sigo recordando aquella preciosa casita de muñecas que tanto me gustaba, y también recuerdo el brillo que tenían tus ojos al verme tan emocionada.
La primera vez que monté en bicicleta es uno de los recuerdos más valiosos que tengo. Recuerdo que me estabas agarrando y te decía “Papi no me sueltes”, cuando me quise dar cuenta ya había avanzado unos metros yo sola, tú estabas allí mirando como tu pequeña empezaba a hacer las cosas por si sola. Y ese fué el principio de las etapas que he pasado hasta ahora, y las que me quedan por pasar. 
Mamá, aunque no estuviéramos juntas toda la vida, fuiste, eres y seguirás siendo la persona a la que más admiro. 
Se que habéis hecho lo que pudisteis, y por eso estoy muy agradecida.



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