Leemos y escribimos
Leemos...
Al filo de
la medianoche del 5 de abril de 1564, la gran aldaba de la casa del doctor
Jacob Palmaert, en
Brujas, Flandes, resonó con alarmante insistencia.
Poco después
de haber oído la llamada, dos miembros de la servidumbre acudieron al vestíbulo de la mansión.
Al observar
por la disimulada mirilla de la puerta principal, distinguieron en la penumbra un
rostro contraído por la ansiedad. El hombre que aguardaba al otro lado de la
puerta percibió los resplandores de las lámparas que portaban los domésticos y
dijo en voz alta, como si le hablase a alguien que se negara a oír:
- ¡Por
favor, necesito hablar ahora mismo con el doctor Palmaert! Se trata de un caso
de extrema gravedad. La consulta no puede esperar a mañana; es muy urgente. De
otro modo, nunca me habría permitido molestar a hora tan intempestiva. ¡Díganle
a doctor que estoy aquí!
El silencio
de los criados le hizo comprender al visitante que, a causa de la escasa luz,
no lo habían reconocido.
El último enigma de Joan Manuel Gisbert
Escribimos...
Cotinuamos el texto...
Escribe en un comentario un texto breve que sea la continuación de este texto.
Leemos...
Escribe en un comentario un texto breve que sea la continuación de este texto.
Leemos...
Un joven al que le apasionan los
enigmas… ISMAEL
Personaje misterioso miembro de la
Hermandad de Salomón… ADRIÁN GHEEL
Una persona compasiva, miembro de la
Hermandad… BARTOLOMÉ LOOS
Introduce el falso enigma… JACOB
PALMAERT
Aliado de Palmaert… LUCAS LAUCHEN
Se deja llevar por la ambición…
SEBASTIÁN LEIDEN
Traiciona a sus compañeros… JUAN DE
UTRECHT
La única mujer de la Hermandad…
SOFÍA
Escribimos...
Pensamos y deliberamos:
El señor, que se presentó a media noche, le dijo a los criados quien era. Estos fueron junto al doctor a avisarle de quien era. Palmaert les dijo que le dejasen pasar. Una vez que el hombre entró en la casa, este y Plamaert pasaron al salón a hablar sobre el tema que tenía preocupado a aquel hombre.
ResponderEliminarLos criados se dirigieron a avisar al doctor que una persona acababa de llamar a la puerta, preguntando por él, desesperada por verle. El doctor les dijo que lo dejaran pasar. Cuando este lo vio, se quedó estupefacto, no podía creerse que después de casi 15 años aquel hombre pudiera presentarse en su casa de aquella manera. Por un momento, el doctor se arrepintió de haberle dejado pasar, pero al final cedió, y le dio la palabra.
ResponderEliminarEl señor encendió unas velas,cuando los criados lo vieron y lo reconocieron, fueron a avisar al doctor rápidamente. El doctor se dirigió hacia la puerta para recibirlo y para hablar de eso tan urgente.
ResponderEliminar- Soy Manuel, amigo de Jacob desde la infancia. De verdad que es muy importante que me dejen pasar.
ResponderEliminarLos criados le abrieron la puerta y fueron a avisar al doctor de la inesperada visita.
Jacob no podía creer lo que estaba viendo, pues enseguida reconoció al hombre pero, no lo había vuelto a ver desde el terrible enfado que habían tendio hace al menos diez años.
Tras oír el griterío salio Palmaert de su habitación alarmado, al reconocer al hombre dijo:
ResponderEliminar-¿Pablo, que te trae por aquí?
A lo que Pablo respondió -Necesito que me ayudes con tus poderes curativos- mientras le enseñaba un gran corte en la pierna.
Pablo y Palmaert entraron y se dirigieron a la sala de consultas.
Por lo que este ideó un plan estratégico para conseguir llamar su atención. Regresó al bosque en busca de unos cuantos palos para formar una gran llama de fuego, pero el problema fue que ya no regresó, repentinamente desapareció sin motivo alguno.
ResponderEliminarA la mañana siguiente el doctor preguntó quien había osado llamar a la puerta a esas horas de la noche. Sus criados respondieron:
- No sabemos quién fue el osado, pero lo único que sé es que atravesó el valle con gran alteración, cada cinco pasos semejaba golpear algo imaginario.
El doctor había reconocido la conducta tan peculiar. Era paciente suyo debido a sus problemas pscológicos...